Notas
Relato de la estepa
Viajando por el Noroeste Neuquino pasando por los pueblos de Chos Malal, Andacollo, Las ovejas y Varvarco nos fuimos metiendo en este nuevo paisaje, la estepa patagónica. Al principio no lo aprecié ya que venía hipnotizada por la majestuosidad de los Pehuenes.
En esta zona la cordillera de los andes crece, toma tanta altura que seca los vientos húmedos del oeste y deja las condiciones ideales para que se pueda lucir la dorada estepa.
Yendo a Epu Lauquen recorriendo el Río Nahueve, Noroeste Neuquino, Argentina
Cuanto más tiempo pasaba viajando más cariño le fui teniendo. Es un ambiente ambiente hóstil, de espinas y escasa altura pero, con el tiempo, mi mirada se amplió y fui disfrutando esa simpleza.
Es así que descubrí como suenan las miles de hojas del Coirón al mecerse con el viento, como se transforma en dorado el paisaje justo antes del atardecer y como en los días nublados el Coirón ilumina la inmensidad del ambiente.
Dentro de los rincones húmedos pude ir notando que siempre aparecía un mismo arbolito. No me dejaba tranquila no saber qué especie era. Me puse a investigar en mi bibliografía, y lo encontre! Era el Chacay, ya identificado lo fui viendo repetidamente en hilos de agua, costados de arroyos y en floraciones de napas. Siempre refugiándose en esos pocos sitios húmedos que guarda la estepa.
Volcán Domuyo y la estepa arbustiva de coirones y chuquiraga, Neuquén, Argentina
Salimos de Chos Malal hacia el norte con el objetivo de llegar al Volcán Tromen. Apenas pasamos los enormes escoriales el paisaje cambió abruptamente, ya no dominaban los coirones, neneos, .... comencé a transitar el ecotono entre la Provincia Patagónica y la del Monte. Ya estaba ansiosa por encontrar las tan conocidas Jarillas!!!!
Inés Mac Keon
